Me he despedido de Bernardo que marcha a Argentina y de Miguel y Gabi que marchan a Puno. Nos veremos allí pero yo me he quedado un día más. Quería ir a Moray como última visita al Valle Sagrado.
La excursión ha sido algo larga pero me he estado acompañado de Leen. Un autobús dirección a Urubamba nos ha dejado en el cercano pueblo a Moray, Maras (3 soles). Desde allá hemos caminado durante 7 km hasta el atractivo turístivo. Moray son diferentes excavaciones en forma de anfiteatro utilizados por los incas como laboratorio de cultivo para conocer las propiedades óptimas de las plantaciones. Cada excavación tiene varios niveles en forma escalonada y en cada uno, en teroría, un microclima diferente.
Cansados, hemos vuelto a Cusco para despedirnos con una cena con una comida tradicional de Perú, el cuy. Como he dicho alguna vez, el cuy es el conocido conejillo de indias o cobaya. En esta ocasión, he comido cuy chactado que se hace a la plancha y rebozado con harina. Es un rico plato que no dista mucho de la mezcla de sabores del pollo y la codorniz.
Con una cerveza me he despedido de Leen ya que tomamos diferentes caminos. Sé que me llevo una bonita amistad aunque a veces no nos entendamos demasiado hablando medio ingles medio castellano.
He ido a la terminal y he cogido un autobús con la compañía San Luís dirección Puno por 15 soles que salía a las 22:00. Es un buen autobús económico con asiento cama, ideal para pasar la noche hasta llegar a Puno de madrugada. Me han amenizado la entrada al autobús con un mate de coca y es que paso de los 3300 msnm a los 3800. Descansaré las escasas 7 horas que ha tardará en llegar a Puno.