Parecía que le calor iba a impedir que hiciera algo en el día de hoy pero al final empezadoa moverme. He cogido (mejor no decir esta palabra en Argentina) un remisse (taxi) que me ha llevado hasta el inicio del conocido camino de las cascadas del río Colorado (15Ars) donde los guías esperan la llegada de los turistas para conducirlos por el hermoso camino pero, en mi caso, no había nadie. Me habían recomendado en varias ocasiones hacer uso de uno de estos guías pues el camino es arduo, difícil y peligroso. Pues bien, no he hecho mucho caso de estas advertencias y he probado subir solo y es que me encanta la aventura. Me sirve como excusa que no he encontrado ningún guía. De todas formas, seamos sinceros: si uno quiere ver las cascadas tan solo tiene que seguir el curso del río. Pronto me iba a dar cuenta que la teoría no es tan fácil como la práctica. Al rato deseaba poder encontrar otros excursionistas por el camino por no había nadie más que yo ascendiendo a aquellas hora así que tenía que seguir mi intuición que por hoy la he visto bastante lúcida.
Una vez identificado el río Colorado, el de la derecha, y seguido su curso río arriba, no sé cuantas veces lo he atravesado y he ido por caminos de tierra, saltado piedras, escalado otras enormes, identificado huellas de otros caminantes y retrocedido en ocasiones pero el camino de casi dos horas portres cascadas ha sido hermoso y llegar a la última, la más grande y bonita, ha sido una gran satisfacción. Aprovechando que estaba completamente solo, me he despojado de todos mis ropajes para darme un refrescante y agradable chapuzón en la poza de la cascada para aliviar el intenso calor que estaba haciendo. De vuelta, me he enterado que existe una cascada si se escala muy cerca de la tercera pero normalmente la gente sólo llega a la qu eyo he llegado y, sinceramente, me doy por satisfecho.
De camino a la población, he visitado las bodegas y viñedos en la finca Las Nubes que no deben confundirse con las de la famosa película. Éstas pertenecen al enólogo Jose Luis Moulier que produce vino tinto y el clásico torrontés de la zona en unas pequeñas y encantadoras bodegas. Me han explicado el proceso de elaboración del vino torrontés, del cabernet sauvignon y el malbec tanto el de los jóvenes como el del reserva (80% cabernet + 20% malbec). La visita son 15Ars pero como he comprado un vino joven de 26Ars no lo han tenido en cuenta. Hubiese sido más interesante haber coincidido con la vendimia y formar parte de la tradicional fiesta en esta bodega.
Puestos a conocer métodos de elaboración he ido caminando hasta El Tambo donde elaboran quesos generalmente de cabra aunque, en esta época de poca producción de leche de esta animal por ser periodo de crías, se elabora también queso de vaca gouda y criolla. Me han mostrado y explicado la crianza de las cabras, extracción de leche en salas antiestrés donde se les ponemúsica clásica, pasteurización, cuajado y decantación del sólido de la leche, colocación en moldes, salado y endurecimiento (curado) de los diferentes quesos. Al final de la visita, me han dado a degustar varios quesos: un queso de cabra con albahaca y otro con ají dulce, un queso de vaca gouda, otro criolla con albahaca y otro con ají dulce, todos semiduros. La visita cuesta 10Ars y te regalan un queso de vaca a elegir. Puesto que rabajan más con quesos de cabra me he llevado uno con albahaca pagando 2 pesos más.
Comiendo un típico helado de Cafayate de vino, mitad chardonay mitad cabernet, y satisfecho con mi día productivo físico y culturalmente hablando, me he dirigido al hostal con el ánimo de ir a cenar y tomar algo a la conocida Casa Ñanta con Charlie, Gemma, Stephan, Carla y sus niñas con motivo de mi despedida. El rico menú: un wok de verduras y pollo, una empanada de queso mozzarella y un vino malbec. Voy a echar de menos a esta gente. Cafayate me ha dado la tranquilidad y las ganas de conocer más cosas de la zona y, sobretodo, me ha demostrado que es un lugar en el que podría quedarme a vivir una buena temporada pero será en otra ocasión pues ahora es momento de partir.