Hoy es el día de la Hispanidad o de las Razas y he estado conociendo la cidad. Dicen que Chiclayo es ‘la ciudad de la amistad’ pero con el poco tiempo que he estado no he podido hacer amigos. Por encima, se puede decir que es una bulliciosa y desordenada ciudad donde no hay mucho que ver. El tráfico es espantoso, el 75% son taxis con el cláxon flojo y el peatón no es prioridad a la hora de cruzar la calle. Pero, por otro lado, es un buen punto desde el que partir para visitar algunas ruinas y, por cierto, hay algunas que no he visto como las de Sicán y las de Sipán pero creo que ya me hago una idea con las otras que visité ayer. También, en la misma ciudad se puede pasear durante el día por las animadas calles y poder ver la plaza de Armas con su Catedral, el Mercado Modelo lleno de tiendas y de vendedores ambulantes cubiertos con parasoles de colores, el paseo de las Musas con estilo romano y junto a un bonito jardín. Los fines de semana por la noche hay ambiente de fiesta y bares pero es algo que no he llegado a conocer.
Después de todo esto he cogido un autobús a Trujillo (14 soles), mi próximo destino. Después de 4 horas he llegado a la Terminal Terrestre donde un taxista me ha recomendado y llevado al hostal Casa de Clara cerca del centro. La verdad es que está muy bien. Cuesta 25 soles y puedes disponer de desayuno y comidas, cocina, internet gratis y lavandería. He dejado todo en la habitación y, ya de noche, me he paseado por el centro de Trujillo.
El centro es una zona muy bonita y colonial preciosa con elegantes iglesias y edificios. Una de las cosas que he podido contemplar con más detenimiento, después de cenar, es la plaza de Armas con una gran escultura dedicada a al trabajo, las artes y la libertad. Allí mismo, también se pueden contemplar varios edificios importantes y, como no, la Catedral. Como Chiclayo, es un buen punto para visitar algunas ruinas de la zona las cuales visitaré mañana.
Paseando por la calles de alrededor de la plaza de Armas he conocido a Luigi, Marcelo y Janet, 3 peruanos que han entablado conversación conmigo. Me han dicho que iban a tomar algo a un bar propiedad de Luigi, Bohemios Café Bar en la calle Independencia 989, como mucho me ha repetido él. Con ellos me he ido y la verdad es que es un bar con un bonito decorado donde hay conciertos de vez en cuando y la música es bien variada, incluso buena música española. He probado un invento a base Pisco, una bebida típica de Perú, y hemos charlado de nuestra vida, nuestros viajes y esas cosas. Hacía tiempo que no me relacionaba de este modo con nadie y la verdad es que lo echaba de menos. La noche ha acabado tarde y mañana hay que visitar ruinas.