Recién llegado, recién abatido

11 julio 2011

Ha sido una mala noche. No, ha sido una noche horrible. Me he pasado la noche vomitando toda la cena. Hasta siete horas después de haber cenado, he estado expulsando comida. ¿no son muchas horas para digerir una comida? No sé qué ha sido: la cerveza, la comida en general, el pescado en concreto, el mareo en la playa, alguna picada, algún virus que ando incubando, … Aunque es raro que, de los 25 que estábamos allí, solamente me ocurriera a mí. El caso es que todos han vuelto a León y yo me he tenido que quedar pasando parte de la mañana en Peñitas. Menos mal que Verónica se ha quedado conmigo para cuidarme. He dormido un rato y hemos vuelto a León donde he seguido durmiendo y bebiendo suero durante todo el día y comiendo un miserable plato de arroz ya que también sufría de descomposición.

En este momento todo han sido pensamientos negativos como que me cuesta acostumbrarme a tirar el papel higiénico al cubo de la basura en vez de al inodoro, a tener únicamente los pies picados por salvajes mosquitos, a dormir con un ventilador puesto para evitar que me los piquen, a que mi perfume sea un repelente de mosquitos, a notar la barra de madera que hay bajo el colchón cuando duermo, a que el armario no tenga puertas, a que el gato que vive con nosotros se quede encerrado en nuestra habitación, a orinar una o dos veces a día porque toda el agua que bebo la sudo, a estar sudado todo el día, a que el sudor me quite la libido, a no cocinar a gusto, a no entender lo que dice el resto de voluntarios, … Por lo menos he descubierto que la alternativa a ducharme 50 veces al día que me hace sentir mejor es lavarme las manos y la cara unas cuantas al día.

En un principio, Verónica y yo teníamos pensado viajar a Guatemala pero alguien nos disuadió de esta idea. Al principio me molestó no ir porque estaba ilusionado pero ahora lo agradezco. Por lo que he oído, Guatemala no es un país seguro hoy en día. Hace unos días un pueblo fue masacrado y descuartizado hasta el punto de coger el brazo de niño a modo de pincel y escribir en una pared. También, en el albergue, hay una foto de un chico que trabajó como voluntario en Quetzal Trekkers Nicaragua que viajó en bus a Guatemala y fue decapitado junto a todos los pasajeros. No pretendo desprestigiar al país con mis comentarios. Me consta que hay gente que no ha tenido ningún problema y habla maravillas de Guatemala. He podido conocer gente que ha estado bien arropada en el país por familias guatemaltecas y por organizaciones sin ningún problema. Aunque lo siento, no es momento para mí conocer Guatemala.

Me voy a dormir mientras todos ven una película. Mañana tenía mi primera actividad de aventura con la organización, un volcanoboarding, pero me temo que bajo mis condiciones no voy a poder ir. Me encuentro muy debil.


Quetzal Trekkers, Quetzal Playa & Las Tías

10 julio 2011

Quetzal Trekkers es una organización de voluntarios sin ánimo de lucro, que ofrece a los turistas excursiones de aventura para recaudar dinero para una organización que ayuda a los niños de la calle y en peligro. El 100% de las ganancias van a la Asociación de Las Tías la cual tiene ya más de 15 años de experiencia en el cuidado de forma integral a niños y niñas callejeros y víctimas de abusos o vulnerabilidad social.

Quetzal Trekkers nace en Guatemala y se expande a Nicaragua en 2004. Hoy en dia es una solida asociación dirigida por guias voluntarios sobradamente preparados y con un gran espíritu de aventura. Existen multiples agencias de aventuras con alternativas similares para contratar un tour en Leon pero, sin lugar a dudas, ninguna con una causa tan noble como Quetzal Trekkers.

Los trekking que se ofrecen son:

–          Laguna Asososca y Leon Viejo (1 dia, muy fácil)

–          Volcán Cosiguina (2 dias, nivel medio)

–          Volcán El Hoyo (2 dias, nivel difícil-medio)

–          Volcán Telica (2 dias, nivel difícil-medio)

–          Volcán Momotombo (1 dia, nivel difícil)

–          Volcán San Cristobal (2 dias, nivel difícil)

Otras actividades:

–          Descenso de río en Cañón de Somoto (2 o 3 dias, nivel medio)

–          Volcanoboarding en Cerro Negro (medio dia, nivel fácil)

Esta noche hay un evento en la casa que Quetzal Trekkers tiene en la playa de Peñitas. Hemos cogido un autobús (10C$) en la terminal del mercadito Sutiava y, por entrar tarde, hemos tenido que ir de pie y apretados durante una hora. El hostal es precioso. Tiene grandes zonas de descanso y comedores, hamacas, carpas ecológicas, todas las comodidades deseadas y se encuentra frente a una playa de arena negra. Junto a Conor y Aaron hemos contruído una improvisada barbacoa con piedras pesadas y, acto seguido, nos hemos dado un chapuzón. Es la segunda vez que me meto en el océano Pacífico. Nunca me había bañado con unas olas tan grandes y unas corrientes tan fuertes, tan divertidas y tan peligrosas. De repente mi cuerpo se convierte en una tabla de surf, de repente en una hoja zarandeada a merced del océano. La fuerte presión del agua al romper una gran ola, mientras permanecía sumergido, retumbaba en mis oídos pero el poder verlo bajo el agua ha sido precioso. Todo eso produce una gran descarga de adrenalina en mí.

Para cenar, hemos comido ensaladas de todas clases y una manta-raya hecha en la barbacoa que acabábamos de construir, acompañado todo con unas cervezas autóctonas marca Toña y Victoria. Todo exquisito y en buena compañía de los voluntarios y clientes del hostal. Mientras cenábamos me han propuesto una adivinanza que no he sabido resolver y que luego me han explicado:

En el país de los enanitos hay un rey que odia a los enanitos. Quiere ejecutar a diez y para ello los coloca en fila y les pone un sombrero rojo o azul. Ningún enanito puede ver de qué color es su propio gorro ni de qué color son los gorros de los enanitos que hay detrás suyo. Pero si los que hay delante de ellos. El rey preguntará, uno a uno por orden y empezando por el de atrás, de qué color es su gorro y si no lo acierta, morirá. Los enanitos, que conocen las costumbres del rey, han planeado una estrategia para salvarse cuantos más mejor. ¿Cuántos como mínimo se van a salvar?  

El resto de la velada ha sido divertida, sobretodo en el momento en el que los voluntarios nos hemos puesto a jugar a uno de esos juegos con bebida. Mas tarde, hemos montado nuestra tienda de campaña para dormir a la intemperie ya que el hostal es sólo para clientes.


La primera impresión de León

9 julio 2011

Es nuestro primer día en la organización y no ha habido trabajo. Algunos voluntarios han estado fuera como guías para varias caminatas y el albergue parecía desierto. Así que hemos decidido hacer algunas compras y reconocer el lugar.

León es una pequeña ciudad universitaria de 185.000 habitantes fundada en 1524 en el lugar que los indígenas llamaban Nagarando. En esta ciudad de firmo la independencia de Nicaragua de España en 1821 proclamándose capital del estado por unos anos antes de disputarse el nombramiento con Granada para finalmente otorgárselo a Managua en 1858. León es una bonita ciudad colonial con casas coloridas de una sola planta, portales descuidados, vendedores callejeros, tráfico escaso, buenas alternativas de ocio y, aparentemente, segura. Siempre me sorprenderá en los países latinoamericanos ver que, aunque es notable la pobreza, saben valerse por sí mismos. Pero tiene que haber otra cara de la ciudad, una cara más adinerada. Es algo que observe ayer en el bar Via Via al ver tanta gente consumiendo bebida y comida. Si bien es cierto que la gran mayoría era extranjera, también lo es el que hubiera mucha gente autóctona.

El tipo mercado me resulta familiar: los vendedores al servicio de cualquier posible cliente, los puestos de comida en los cuales se venden las mismas cosas, el olor fuerte en la sección de carne sin refrigerar donde acuden las moscas, los precios baratos, los comedores con comidas guisadas y fritas. Me encanta ver a Verónica desenvolverse con tanta soltura por el mercado mientras hace nuestras compras y curiosea preguntando qué es cada cosa. En pocos días, los dependientes van a empezar a llamarla por su nombre: “A la orden, señorita Verónica. ¿Qué desea hoy?”. Hemos comprado varias verduras para cocinar una buena pasta pero la verdad es que no sale a cuenta cocinar. La cocina que tenemos no está preparada por lo que cocinar se convierte en un engorro. Si a eso le sumamos que es más probable que salga más caro cocinar uno mismo que pagando por un menú… me da que poco vamos a cocinar. Otra cara de la ciudad, en lo que a mercado se refiere, es el supermercado donde uno puede encontrar de todo aunque, eso sí, a un precio mayor. Hemos comprado en él un par de cosas aunque es probable que en un futuro también compremos la carne aquí ya que está refrigerada.

Nos han informado de nuestras labores en la organización. Pronto empezaran las caminatas. Es interesante ver el buen ambiente que hay entre los voluntarios y las ganas de hacer cosas por una buena causa. Tengo mucho que aprender de todos ellos.


Llegada a León, Nicaragua

8 julio 2011

Hemos aterrizado en el aeropuerto de Managua (Nicaragua) a las 00:30, hora local, en un vuelo de la compañía Spirit que ha durado dos horas y media desde Miami.

No hemos tenido ningún problema con la compañía excepto por el incidente de hace tres días en el Día de la Independencia de los Estados Unidos de América, el 4 de julio. Una vez más me encuentro que las compañías de vuelo complican el viaje del mochilero. Nos exigieron un billete de vuelta a nuestro país de origen que garantice que no vamos a permanecer en Nicaragua durante un periodo que exceda de los tres meses correspondientes al visado de turista. Pero, ¿qué pasa si antes de cumplir los tres meses quieres viajar otro tanto a otro país, y a otro y a otro? Pues que empiezan las complicaciones. La solución más común es comprar un billete de vuelta que nunca utilizarás o que anularás acto seguido. Por suerte en nuestro caso, hemos podido atrasar nuestro vuelo tres días, tiempo suficiente para conseguir una carta de Quetzal Trekkers, la ONG para la que vamos a trabajar en Leon, que nos acredita como voluntarios y asegura que nuestro plazo de trabajo no va a exceder más de tres meses. Es algo que no podemos asegurar pero nos ha servido de gran utilidad. Spirit nos ha dejado volar pero no acabo de entender por qué complican las cosas a los clientes. Llamadme malpensado pero se me ocurre un porqué. Las compañías de vuelo te hacen pagar un billete de vuelta porque, si cupiera la posibilidad de que Nicaragua no nos dejara entrar a su país, la misma compañía es la encargada de repatriarte cubriendo todos los gastos.  Si tú ya has pagado una vuelta, es algo que se ahorran.

Pero en Nicaragua ni se han fijado en nosotros al entrar. En la casa de cambio del aeropuerto no han malvendido córdobas con dólares a relación de 19.1 a 1, sabiendo que los dólares están ahora mismo a 22.4 córdobas. No se trata de que hayamos pecado de novatos, sino que no teníamos otra alternativa en ese momento. Acto seguido nos han pedido 10$ por cada visado de turista. Lo que no me queda muy claro es que nosotros entremos al país en calidad de turistas. Si no hubiéramos cambiado el dinero, hubiésemos podido pagar con dólares y sacado dinero de los cajeros que hay en el mismo aeropuerto. En fin.

Nuestra idea inicial era pasar el resto de la noche en el aeropuerto. Por lo menos, hasta que se hiciera de día. Teniendo en cuenta que el hotel Best Western que está justo enfrente cuesta 105$ por pareja y noche, hemos llevado a cabo nuestra idea inicial. Verónica ha maldormido algo pero yo no he podido dormir nada. A las 6 de la mañana se ha llenado de gente el aeropuerto y no hemos podido seguir vagabundeando. Hemos desayunado empanadas de res y de pollo antes de continuar nuestro viaje a León.

El siguiente paso era llegar a la terminal para coger un autobús que nos llevara a León. Lo normal sería tomar un taxi oficial en el mismo recinto del aeropuerto pero es demasiado caro. Nosotros hemos tomado un taxi fuera del recinto, enfrente del Best Western. Manuel es un hombre jubilado que pretendía ganarse un sobresueldo. Enseguida nos ha mostrado su identificación y carnet de jubilado. Hemos confiado en él  y hemos pagado tan solo 160Cds (1 euro son unos 32 córdobas). Cuando me subo a un taxi por primera vez en un lugar, me gusta preguntar al taxista cosas de su país o de la ciudad que recorro en ese momento. Nos ha comentado sobre el gobierno, los robos en Managua y la pobreza evidente de la ciudad. Enseguida nos hemos dado cuenta de esto último al ver las chabolas, los vendedores ambulantes intentando llamar la atención de un posible cliente y los autobuses reciclados de EUA y camiones contaminando fuertemente el aire.

Hemos llegado a lo que llaman la terminal de la UCA donde era imposible no escuchar los gritos de nuestro destino “León, León”. Después de conversar con un tipo sobre Barcelona, mi ciudad, he cogido nuestras maletas y las he amarrado en lo alto del combi que nos iba a llevar a León (40 C$). Ha sido un viaje de hora y media en un microbús en el que hemos estado algo apretaditos y desde donde hemos podido contemplar la flora de esta zona que no parece muy tropical. En la abarrotada terminal de León, nos ha recogido un taxista que, por 20C$ cada uno, nos ha llevado hasta la organización para la que vamos a trabajar durante tres meses, Quetzal Trekkers.

Nos ha recibido Rebeca, la codirectora de Quetzal Trekkers en León (Nicaragua), la cual nos ha dado instrucciones previas para nuestra estancia. Hemos conocido a algunos de los voluntarios y gran parte de ellos hablan bastante bien el español, cosa que me será de gran utilidad para comunicarme con facilidad. Eso no quita que debo aprovechar para dominar mi penoso inglés teniendo en cuenta que los voluntarios son generalmente estadounidenses. En buena compañía, hemos comido un menú por 30C$ cosa que no está nada mal teniendo en cuenta nuestro poco poder adquisitivo.

La habitación es un cuchitril pero hemos hecho lo posible por hacerla más acogedora. Verónica ha tenido un momento de ansiedad por la suciedad y le ha dado un arrebato de limpieza compulsiva. Estoy seguro de que se acostumbrara y que conseguirá adaptarse a las escasas condiciones del albergue.

Por la noche hemos ido a un concierto de música autóctona al bar Vía Vía que es simpatizante de Quetzal Trekkers por lo que les ha permitido publicitarse haciendo una rifa. Antes de ir a dormir, hemos cenado en el único puesto de comida que hay abierto a las 22:00 de la noche.