Los cerros de Valparaíso

20 diciembre 2009

Cerca de Santiago existen tres poblaciones que todo el mndo suele visitar ya sea en un tour organizado o por libre. Éstas son: Viña del Mar, Reñaca y Valparaíso. Personalmente, he elegido Valparaíso para pasar el día.

Después de una hora y media, he llegado en unos de los múltiples buses que salen a casa rato ($4200Chs, ida y vuelta) y he ido a una agencia de turismo para conocer las posibilidades. El precio me ha parecdido excesivo y he preferido hacerlo por mi cuenta. Para ese momento ya me había apoderado del mapa y de la información necessaria de la agencia. He caminado por la plaza O’Higgins, la plaza Victoria y la Catedral y el monumento Prat. Hasta ese momento, Valparaíso no tenía nada de especial pero todo cambiaba a medida que me acercaba a los cerros pero antes he parado para comer una rica merluza de esta ciudad pesquera por $2200Chs.

Me he adentrado en algunos de los múltiples cerros de la ciudad y cada uno ocupado por infinidad de casas y edificios de vivos colores convinados para todos los gustos y toda la gama del arco iris. hace de las casas más desfavoridas un lugar, por lo menos, más alegre. En cada cerro he encontrado un ascensor que no es ás que un destartalado funicular que desplaza a la gente por la fuerte pendiente. Para no perder la costumbre, he preferido subir los cerros a pir y el primero ha sido el cerro de Artillería con su paseo 21 de Mayo lleno de puestos de artesanía y vistas al puerto, al océano Pacífico y a parte de la ciudad. Los siguientes han sido el tranquilo cerro Alegría y el pintoresco cerro Concepción, victimas del objetivo de mi cámara. Ha sido una lástima estar presente en el incendio en uno de los cerros que llenaba la ciudad de cenizas y coches de bomberos y el humo teñía de amarillo las calles de Valpaíso. Espero que no haya sido nada grave. Por último, e ido a visitar otra casa-museo de Pablo Neruda sin llegar a entrar.

De nuevo en Santiago, he ido a visitar la plaza de Armas que ayer no pude ver por la gran multitud y el despliegue que se había formado por el evento de danza ý música clásica. Allí mismo, he podido admirarla al igual que los edificios circundantes de la Catedral y del Museo Histórico Nacional. Dejando el parque O’Higgins para otra ocasión pues no tenía tiempo, me he preparado para mi próximo y largo viaje de vuelta a Perú y, esta vez, la población es Huacachina.

Ha sido una pena dejar el bonito y cómodo apartamento en el que me he encontrado tan bien. Ha sido un lujo estar en él. De nuevo, muchas gracias, Nathalia.