Atravesando Ecuador

27 diciembre 2009

Después del desayuno, he preparado la mochila por última vez antes de llegar a Cali. Mi intención es dedicar el día pasar a Ecuador y atravesarlo sin parar a dormir en ningún lado. A las 11:00 me he acercado a la Panamericana donde he tomado uno de los muchos combis que pasan recogiendo a la gente que quiere ir a Tumbes (10 soles). Hemos llegado una hora y media más tarde a Tumbes donde me han ofrecido un auto para pasar la frontera por un precio un poco caro. Teniendo la experiencia que tengo sabía que había otra alternativa más barata. Y así era que a una cuada de allí habían colectivos que por 1,50 soles me llevaban a 30 minutos de allá, a Aguas Verdes (la última población de Perú en la frontera con Ecuador). Me han dejado en la oficina de Inmigración donde he sellado la salida y donde he tomado un mototaxi para que me acercara a Huaquillas, el primer pueblo de Ecuador en la frontera con Perú. No sé por qué motivo me ha dejado en medio del pueblo que por cierto no me ha dado muy buena impresión sobretodo porqu eme habían comunicado que no era muy seguro. He atravesado el pueblo hasta que he podido preguntar a un policia que me ha indicado donde había una oficina de turismo. Allí me han tratado de lujo, dándome información de Ecuador que ya no necesitaba (pero no podía ser tan descortés de decirlo) y acompañándome a la terminal de los buses Panamericana que fletan autobuses a Tulcán, el último pueblo de Ecuador e la frontera con Colombia. Pero no iba a ser tan sencilo porque el único autobús que salía a las 16:00 estaba completo. Por otro lado he podido coger la última plaza del autobús que sale a las 19:10 a Quito (10$). Una vez allí ya me buscaré la vida. El problema ahora era sellar la entrada a Ecuador ya que la ofician de inmigración está a las afueras de Huaquillas y el autobús de la compañía no para para sellar. Debido a esto, he tomado un taxi junto a otro hombre que se encontraba en la misma situación que yo y hemos ido a sellar. De vuelto se nos ha agregado otro señor con el que hemso ido a comer algo ya que eran las 15 y quedaba mucho tiempo de espera. No sé por qué motivo nos ha invitado a comer pero se lo agradezco.

Despué sde pasar l atarde tontamente, he subido al bus donde varias mujeres escondían por todo el autobús mercancía para vender en algún mercado pero lo curioso no ha sido eso. Un policía ha subido y ha registrado el bus descubriendo todos los paquetes. Por ello les ha hecho bajar para pagar los impuestos pertinentes para comerciar. Pero estas personas nunca llegaron a bajar del bus porque un pequeño soborno siempre es más apetecible. El resto del viaje he dormido plácidamente aunque pasando mucho frío.